EL LINCHAMIENTO A KOEMAN
El año que viene se cumplirán 30 años de la consecución de la primera Copa de Europa para el FC Barcelona. El 20 de Mayo de 1992, quedará grabado en la memoria del hincha culé, gracias al potente disparo de Ronald Koeman, ante el que nada pudo hacer el portero de la UC Sampdoria Pagliuca.
El hoy entrenador del Barça, hizo estallar a la hinchada
azulgrana desplazada al mítico Wembley y desbordar las calles de la ciudad
barcelonesa, ansiosa de celebrar un título que se resistía, y de qué manera,
durante más de 30 años.
Haber dejado huella como jugador, no te asegura hacer lo mismo como entrenador. Y sabiendo que los resultados siempre mandan sobre el presente, haciendo muchas veces olvidar el pasado, es lícito criticar el trabajo, las decisiones, el estilo o la presencia de tal o cual futbolista; pero nunca convertir la crítica en un linchamiento público.
La pérdida de respeto hacia la figura del Koeman entrenador,
rayó lo esperpéntico a la salida del técnico holandés del Camp Nou tras la
disputa de El Clásico que perdió el Barça ante el Real Madrid. Unas imágenes
que helaban la respiración, viendo el trato recibido a una leyenda viva del
barcelonismo.
Un Koeman que enterró los fantasmas de aquella fatídica
final de Berna ante SL Benfica conocida como la de los postes allá por 1961 o,
la angustiosa tanda de penaltíes de la final de 1986 ante el Steaua Bucarest en
el Pizjuán, que encumbró al meta rumano Duckadam. Historia blaugrana que muchos
de los que acosaron a Koeman seguramente ni conocerán.
Koeman ha hecho por el Barça mucho más, de la mayoría de jugadores que han vestido la camiseta blaugrana, que nadie dude de su barcelonismo, que su paso por el banquillo no ensombrezca sus días de gloria como futbolista y si es necesario dar un paso al frente y presentar su dimisión que sea con todos los honores, así como si llegara el momento de ser cesado, que no se alargue esta agonía que, augura borrar las letras con la que se escribió el nombre de Koeman en la historia del Barça, aquel 20 de Mayo de 1992.
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